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3 maneras de cumplir con las nuevas leyes de sostenibilidad que afectarán a las empresas en 2023

«El sector del transporte se encuentra ante una etapa de profundos cambios, que se acentuarán en las próximas décadas».

Así comienza el anteproyecto de la Ley de Movilidad Sostenible que se aprobará este año en España. Los retos medioambientales, sociales y económicos que enfrentan las ciudades están produciendo el desarrollo de nuevos servicios, soluciones y tecnologías que suponen una transformación disruptiva en el sector.

La piedra angular de todo este desarrollo es conseguir que las empresas mejoren su impacto y consigan ser más sostenibles.

En este contexto, las instituciones y los policymakers, están trabajando incesantemente en la elaboración de marcos y regulación que afectan directamente sobre la movilidad tal y como la conocemos. El sector del transporte y su normativa están cambiando por completo lo que puede ser una gran oportunidad para las compañías que integren estos aspectos cuanto antes en la toma de decisiones.

La Unión Europea (UE) cuenta con un paquete legislativo en desarrollo de gran envergadura. Este paquete tiene como objetivo la ampliación de la responsabilidad de las empresas en relación con sus impactos sociales y medioambientales.

Por ejemplo, el Reglamento de Taxonomía permite determinar cuándo una actividad contribuye a la mejora del medioambiente. Como bien argumenta un análisis del Banco de España, la taxonomía se ha creado con el objetivo de ser la normativa transversal para todas las regulaciones europeas actuales y futuras relacionadas con la sostenibilidad de las compañías. De hecho, a lo largo del 2023, se incorporarán las obligaciones en cuanto a contenido, metodología y presentación de la información para que las empresas divulguen sobre sus actividades medioambientalmente sostenibles.
En este mismo sentido, el Parlamento Europeo aprobó hace tres meses la nueva Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (conocida como CSRD, por sus siglas en inglés). La nueva regulación pretende equiparar en importancia el reporte de la información sobre sostenibilidad con el de la información financiera, permitiendo a inversores y otros agentes acceder a datos fiables y comparables.
Esta directiva obligará a cinco veces más empresas que la anterior regulación a rendir cuentas más detalladas en informes anuales sobre actividades empresariales que mejoren el medioambiente, con objetivos y planes concretos.
Por otro lado, y consciente de que el transporte es el responsable de más del 20% de los gases de efecto invernadero (GEI) emitidos a la atmósfera, el anteproyecto de Ley de Movilidad Sostenible tiene como pilar impulsar una movilidad limpia y digitalizada.
Para ello, obligará a que las grandes empresas cuenten con planes de movilidad sostenible, donde contemplen opciones de transporte no contaminantes.
Una vez expuestas algunas de las normativas que van a protagonizar este 2023, ofrecemos tres maneras de cumplir con la regulación que deberán ir incorporando las empresas que quieran liderar el camino.

Confían en nosotros

1. Reducir emisiones de CO2 y acercarse al Net Zero

La UE y, por lo tanto, todos sus países miembros, tienen el objetivo común de lograr que su economía sea sostenible y net zero antes de 2050.
Es por esta razón que la mitad de los objetivos medioambientales que deben incorporar las empresas en sus actividades están relacionados con la reducción de la contaminación y las emisiones de GEI.
 
Estos objetivos son:
 
La mitigación del cambio climático

 

  • La adaptación al cambio climático

 

  • El uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos

 

  • La transición hacia una economía circular

 

  • La prevención y el control de la contaminación

 

  • La protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas

 

Reducir las emisiones de CO2 en todas las actividades de las compañías debe ser una prioridad y puede ser aprovechada como una oportunidad, ya que, no solo permitirá cumplir con la normativa sino también reducir costes y optimizar recursos.

2. Conocer tu impacto

Cada vez es más común escuchar que «lo que no se mide, no se puede mejorar». Es más, lo que no se conoce no se puede comparar ni poner en valor.

Con el objetivo de impulsar que las empresas conozcan y mejoren su impacto, las leyes incluían requisitos de medición de la huella de carbono. Ahora, las empresas no solo deberán tener información sobre las emisiones que evitan, sino, también sobre el impacto que generan.
En este contexto, herramientas digitales como una plataforma para gestión operativa de flotas de vehículos, permiten tener el control en tiempo real de la flota completa de una compañía, permitiendo generar los datos que tu empresa necesita.
 
 

3. Informar

Las compañías se enfrentan a otro reto que puede ser aprovechado como una oportunidad: aumentar la transparencia. La información no financiera deberá ser más detallada, pública y de fácil acceso.

El principal objetivo es evitar abusar del greenwashing y aumentar la confianza en inversores cada vez más exigentes y seguros de querer invertir en sostenibilidad.
 
No cabe duda de que estamos ante la transformación disruptiva del sector del transporte y los reguladores están respondiendo buscando que las compañías disminuyan sus impactos negativos sobre el medio ambiente a la vez que aumenten los positivos.
 
En este contexto, acercarse a la sostenibilidad es incuestionable y es necesario saber cómo llevarlo a cabo para poder aprovechar las oportunidades y rentabilizar al máximo ser sostenible. Como hemos visto, las claves de la movilidad sostenible son: reducir emisiones de CO2, conocer tu impacto e informar sobre ello.
 
Las empresas que se adecuen a la normativa del presente y del futuro contarán con una ventaja competitiva frente a las que se quede atrás.
Como dice el fundador de Interface, Ray Anderson, «La sostenibilidad es rentable, si se hace bien».
 
 

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