En el mundo de la logística, el término “última milla” representa la última parte del proceso de entrega de un pedido. Es decir, cuando el producto es derivado hacia el cliente final. Son las acciones que transcurren desde que el paquete deja el punto de distribución hasta llegar a las manos del consumidor.
En la actualidad, la última milla o entrega final es uno de los mayores desafíos logísticos a los que se enfrentan las empresas. Se estima que para 2025 se tendrán que realizar 50.000 millones de entregas entre eCommerce, groceries y food delivery en Europa y para ello harán falta unos 2 millones de vehículos comerciales ligeros (LCVs, Light Commercial Vehicles, por sus siglas en inglés)
Los tiempos de entrega se han convertido en una de las principales exigencias por parte de los consumidores al punto que están dispuestos a pagar un mayor precios para que su pedido llegue en un corto periodo de tiempo. Debido a este creciente “apetito” por recibir los pedidos de forma rápida, existe mucha presión en la cadena logística. Esto hace que la última milla sea considerada como una de las etapas más vitales en los procesos de entrega.
En este entorno, las empresas con servicios de reparto o aquellas dedicadas a prestar servicios de última milla a otras empresas no sólo buscan la forma de hacer entregas con mayor rapidez, sino también optimizar sus rutas, disponibilidad de vehículos y recursos humanos para ser más eficientes.
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¿A cuáles retos se enfrenta la logística de última milla en Europa?
Las empresas con servicios de reparto o aquellas dedicadas a prestar servicios de este tipo a otras empresas tienen clara la importancia estratégica de la última milla, ya que de ella depende su rentabilidad y eficiencia. Los retos más comunes a que se enfrentan en Europa son:
1. Marco regulatorio
De cara a 2030, la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente de la Unión Europea establece como hitos que al menos 30 millones de vehículos cero emisiones circularán por las calles y carreteras y que 100 ciudades de la UE serán climáticamente neutras. Nuevas legislaciones sobre zonas de bajas emisiones y restricciones a la movilidad para vehículos de combustión interna están siendo promulgadas e implementas en toda la región.
2. Exigencias del consumidor
Los compradores esperan cada vez más velocidad en cuanto a la entrega de sus productos o servicios, así como una mayor flexibilidad en cuanto a los horarios de entrega. Una forma de enfrentar este desafío es mediante el uso de tecnología para el diseño y optimización de una cadena de suministro y transporte eficiente.
3. Costes
Los recorridos de última milla suponen para los vehículos de entrega realizar múltiples paradas, aparcamientos y en el caso de vehículos propulsados por diesel o gasolina, deriva en grandes gastos de combustible sin contar con los gastos propios de incidencias, accidentes y mantenimiento de una flota de vehículos de este tipo.
4. Data
En muchos casos, las empresas de última milla carecen de datos suficientes para realizar las entregas de forma efectiva. Esto se debe a que no disponen de fuentes de datos o de herramientas para procesarlos.
5. Volumen de entregas
En ciudades como Madrid, París o Roma se producen diariamente entre 300.000 y 500.000 entregas, cifras que pueden multiplicarse en ocasiones especiales como el Black Friday.
¿Cómo afrontar los retos de logística de última milla en Europa?
Flotas de vehículos cero emisiones
Cada vez es más común que las empresas apuesten por flotas ágiles y vehículos adecuados al tamaño de la entrega en zonas urbanas. Entre los vehículos que destacan se encuentran bicicletas, motos, triciclos, cuadriciclos y furgonetas eléctricas para reparto.
Optimización de rutas
Métodos alternativos de entrega
Gestión de Operaciones de flota
Mantener la flota con altos niveles de disponibilidad y servicio (“uptime”) es posible gracias a plataformas de software integradas con los proveedores de servicio, que hace muy fácil la operativa de una flota multivehículo y multiproveedor. Se empiezan a ver propuestas de valor de flotas gestionadas como Servicio (Fleet-as-a-Service).
Son múltiples los retos que enfrentan las empresas con servicios de reparto o aquellas dedicadas a prestar servicios de este tipo con respecto a la última milla y la forma de afrontarlos pasa por una combinación de flotas de vehículos respetuosas con el medio ambiente y plataformas de software para optimización de rutas y gestión de operaciones de flota.